5 de enero 2024
Por: Nanda Singh Energía Estratégica
La eliminación del impuesto selectivo al consumo de paneles fotovoltaicos marca un avance significativo para la industria solar en Panamá. Esta medida fue bien recibida por el sector empresario aunque aún advierten retos para acelerar la instalación.
Panamá cierra el año 2023 con un récord de 100.6 MW de capacidad instalada de autoconsumo solar. Esto representa un crecimiento del 44.6% interanual. Los pronósticos de mantener o superar estas cifras en este 2024 son prometedores, ya que el panorama energético panameño arranca el nuevo año con un estimulo clave: la exención del impuesto selectivo al consumo para los paneles solares. Esta modificación, derivada de la Ley 417 que reformó la Ley 37 del 2013, representa un paso fundamental para impulsar aún más la adopción de energía solar en el país (ver más).
Federico Fernández, presidente de la Cámara Panameña de Energía Solar (CAPES), resaltó la relevancia de esta medida durante una entrevista exclusiva con Energía Estratégica. Según el referente de CAPES, la eliminación del 5% de impuesto selectivo al consumo sobre los paneles solares genera un impacto positivo en el precio de esta tecnología en Panamá.
«Con esta modificación de ley lo que se quitó fue ese famoso 5%. Ahora, ¿en qué se traduce? En que todos ahora tenemos la ventaja de un costo reducido en ese porcentaje y por lo tanto, pasándolo al consumidor, pues todo el mundo sale beneficiado», expresó Federico Fernández.
Esta medida no solo beneficia a instalaciones residenciales sino también a proyectos a gran escala. Fernández explicó cómo anteriormente este impuesto encarecía los costos tanto en parques solares como en sistemas de autoconsumo. La eliminación del gravamen simplifica y reduce los costos al ingresar paneles solares al país, haciendo que la energía solar sea más accesible para los panameños.
En cuanto a la previsión de costos para este año, el referente consultado mencionó que si bien el precio de los paneles solares está sujeto a diversas variables, se podría esperar una estabilidad o disminución en los precios en los próximos meses. Y subrayó la importancia de mantener el entusiasmo en la industria, facilitar el acceso financiamiento y sostener la tendencia de las tarifas eléctricas para garantizar una época favorable para la energía solar.
En 2023 se lograron 100.6 MW de capacidad instalada en techos panameños, registrando un crecimiento anual en torno a los 30 MW gracias a la dinámica de instaladores para autoconsumo, mayor certeza legislativa y política energética, el aumento del interés residencial y el apoyo crediticio para este tipo de alternativas de generación.
Ahora bien, a pesar del crecimiento acelerado en el último año, el referente de CAPES reconoció que el país aún está lejos de alcanzar la meta para la energía solar distribuida establecida en 1,700 MW para el 2030. Para lograrlo, sería necesario instalar al menos 200 MW anuales, un desafío considerable si se considera que el máximo histórico alcanzado en 2023 ha sido mucho menor (30 MW).
«Si tomamos la meta intermedia que son alrededor de 900 megavatios, necesitaremos poner casi 100 MW al año y ese podría ser nuestro objetivo mínimo para acercarnos al escenario deseado al que todos apostamos al 2030. Pero es retador, porque esos 100 MW al año es mucho más de lo que nunca hemos hecho hasta ahora», observó.
Y agregó: «Que se logre duplicar en este año 2024 lo que instalamos el año pasado, pues todos apostamos a eso y a mucho más. Pero sin duda que dependerá de muchas otras variables que no son las que hoy día tenemos en juego».
Concluyendo, Fernández hizo hincapié en un factor adicional que podría influir en el panorama: transitar un año electoral. Esta variable podría ser determinante en el curso de las políticas energéticas y, por ende, en el desarrollo del sector solar.